Cuando nos auto-observamos, nos damos cuenta de la gran cantidad de mecanismos de que estamos hechos. Hemos automatizado totalmente muchos de estos mecanismos, lo que permite que nuestra conciencia se ocupe de otras cosas. No nos preocupamos de respirar. Todo funciona automáticamente, solamente quitamos el “piloto automático” y pasamos a “manual” cuando hacemos ejercicios de respiración y necesitamos el control. Con el corazón ocurre lo mismo. Es la clave de la vida, pero le dejamos que vaya a su aire. No tenemos una acción voluntaria directa.

Otro mecanismo curioso son las Hambres. La Naturaleza crea sensaciones para que te impulsen a hacer algo.

Es admirable la creación de estos mecanismos que llamamos hambres. Una sensación acuciante se me mete dentro del cuerpo para que hagas algo. Es una señal de alerta para actuar. Pero es una señal muy activa. No solamente se enciende una “luz” intermitente interna para advertirte de algo, sino que te mete la ansiedad de hacerlo.

De algunas hambres y sus mecanismos somos conscientes porque se ponen en marcha casi todos los días. La apetencia para comer algo, nos dice que el cuerpo necesita alimento. Una comida que entra por los ojos, nos saca de nuestra rutina para recordarnos que hay que comer. Y lo mismo sucede con la sed o el sueño. La sexualidad también tiene una función biológica.

NO DEFORMAR EL MECANISMO DEL HAMBRE

El saber escuchar las “alertas del hambre” es importante. Pero hay que saber escuchar.

Si comes todos los días hasta reventar, la próxima llamada del HAMBRE va a ser “anormal”. Si se va actuar una  llamada, pero distorsionada.  Como si hubieses accedido al Control del Ordenador de tu cuerpo, has puesto en marcha una nueva Configuración, y el cuerpo va a actuar de acuerdo con esos nuevos patrones de conducta. El camino hacia  la obesidad se ha iniciado.  

Y lo mismo con la sed, y los refrescos engañosos, que nos acostumbran a un tipo poco saludable de liquidos.  O  la sexualidad y una respuesta visceral.

El científico Lucian Sposato, no comunica una experiencia de la UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE. En ella un grupo de personas se les expone un problema, que tiene dos opciones de decisión. Una solución buena o correcta y otra incorrecta o mala. Al tiempo que hacen el ejercicio se les monitoriza el corazón.

Pues bien, se detectó que las personas que dieron como decisión, la correcta, los ritmos cardiacos eran distintos de los que erraron en la respuesta. Es decir, el corazón sabía antes de dar la respuesta racional, si la solución era buena o mala.

Pero el experimento tiene otro aspecto  a considerar. Existe una cualidad que se llama INTEROCEPCION, que no es otra cosa que la capacidad de sentir los mensajes que nos envía nuestro cuerpo. En éste caso concreto, los mensajes del corazón. Sentir, y saber decodificar los mensajes es tener una buena INTEROCEPCION.

En el experimento, las personas que tenían una buena INTEROCEPCION, fueron las que más acertaron con la solución correcta.

HAMBRES SUTILES.

Además de las Hambres más manifiestas, existen otras que también son naturales y que actúan en segundo plano. Repasemos las principales:

Hambre de Reconocimiento.

Sentirse alguien en la sociedad, percibir la aceptación de los otros, tener la felicitación del Jefe en tu trabajo por las tareas realizadas, todo ello es Deseo de ser Reconocido. Y tal como señala Eric Berne en el Análisis Transaccional, la falta de reconocimiento genera frustración, rebusques psicologicos y puede ser el origen de problemas mayores. Lo curioso es que sabiendo que existe éste Hambre, no actuamos en consecuencia. Steiner nos pone de manifiesto la Ley de Economía de Caricias que viene a ser como el resumen de nuestras malas acciones al respecto. 

Hambre de caricias.

El apartado anterior lo podríamos calificar como las Caricias Psicológicas. En este caso hablamos de contacto físico. El tejido corporal necesita de “contactos” físicos para seguir creciendo. Las caricias son imprescindibles, sobre todo en los niños, como demostró  las aportaciones hechas RENÉ SPITZ (Viena 29.enero.1887 – USA 11.Sepbre. 1974), Un medico y psicoanalista que investigó las adopciones de niños en Estados Unidos, y como la influencia de las caricias determinaban su crecimiento.

Más modernamente los entrenamientos de Astronautas revelan los problemas psíquicos cuando están sometidos a un aislamiento sensorial.

Hambre de pertenencia.

El Hambre de Pertenencia es sentirse cómodo, dentro de un determinado grupo. Es sentirse rodeado de personas que te entienden, que tienen un lenguaje parecido al tuyo. Es estar dentro de un “clan social” Seguimos  esta hambre cunado deseamos estar compartiendo con personas afines. Lo similar se atrae. Todos los sistemas de Clubs, Asociaciones, Locales privados, etc son procedimientos para tratar de cubrir esta “hambre”. La pertenencia supone: arropamiento, acogida, ser escuchado y comprendido. Tener personas afines que defienden un mismo ideal.

Hambre de Confesar.

¿Ha tenido experiencias extraordinarias que no ha podido compartir? Pueden ser de tipo sexual, o experiencias transpersonales, encuentros con seres fantasmales, con OVNIS, o una trasgresión moral que le atormenta.

Compartir es una palabra clave. Y poder vaciar la ansiedad interna es el impulsor de ésta hambre.

Variantes de las hambres anteriores.-

A veces es simplemente SER ESCUCHADO. Sobre todo si estás en un círculo social, donde cada uno va a lo suyo y no escuchan, simplemente esperan turno para hablar.

También es una variante el NO SER COMPRENDIDO. La gente puede que te escuche pero al final te das cuenta que estás en las antípodas de sus sentimientos o ideas. Eso te lleva a estar mal, porque te sientes solo.

Así que ESTAR SOLO, es otra HAMBRE. Todas las estadísticas dan cifras alarmantes de la SOLEDAD del mundo actual, sobre todo en Occidente. Las familias se han fraccionado, e impera el individualismo. Peor estar solo en lo intelectual, es una tortura.

Las hambres son IMPULSORES que nos llevan a satisfacer esas necesidades. Son naturales, y saludable.

Si no eres consciente de sus hambres. Puedes valorar en cual fallas y como podrías solucionarlo.

Si desean un comentario, preguntar o saber que hacer, escribe a  PSICOBEGIA.  psicobegia@iicoaching.com